A continuación voy a realizar una adaptación del cuento folclórico Toda clase de pieles, recogido por los Hermanos Grimm, pero el cuál nestra profesora Irune nos ha contado en clase y ha hecho taambién su propia adaptación.
La mía va dirigida a niños de infantil y es la siguiente:
TODA CLASE DE PIELES
Hermanos Grimm.
Adaptación Irune Labajo.
Adaptación Diana Muñoz.
Había una vez, hace muchos muchos años, en unas tierras muy lejanas, un reino de hormigas, donde vivía un matrimonio de que querían tener un hijo, estuvieron mucho tiempo intentándolo hasta que un día, mamá hormiga se quedó embarazada. Y tras muchos días pensando cómo seria su bebé, mamá y papá hormiga prepararon todo lo necesario para cuando este nuevo miembro de la familia naciese, y cuando llegó el día, mamá hormiga dio a luz a una preciosa hormiguita pequeña, que era incluso más hermosa que su madre, la cuál había ganado el título a la hormiga más bella del reino. Era muy redondita, con unas patitas preciosas y unos ojos azules maravillosos que nunca se habían visto en ninguna otra hormiga. Durante los siguientes años tuvieron otras cinco hormiguitas más, pero ninguna superaba la belleza de la primera.
Mamá hormiga se había esforzado tanto para que naciesen sus pequeñas, que estaba tan tan cansada que se quedó dormida para siempre, pero antes de esto, le dijo a papá hormiga que se buscase una esposa para seguir compartiendo su vida y se hiciera cargo de sus seis hijas, pero con la única pega de que quién se casara con él tenía que ser más hermosa que ella.
Pasaron los años y la hormiga hermana mayor fue creciendo, era muy alegre y divertida, y cada vez era más y más bella, todos en el reino quedaban sorprendidos por sus dos ojos azules y por lo perfecta que era. Pero su padre no encontraba una mujer con la que casarse y criase junto a él a sus seis hijas. Como la mujer elegida tenía que ser más bella que mamá hormiga, buscó por otros reinos, desde los más cercanos hasta los que se encontraban en lo alto de las montañas, pero no encontraba mujer que fuese más bella que la suya. Mientras tanto, la hormiga hermana mayor se convirtió en toda una señorita y ya empezaba a buscar otra hormiga con quien poder compartir su vida.
Papá hormiga se dio cuenta que nunca encontraría una mujer más hermosa que mamá hormiga, la única hormiga más hermosa era su hija mayor, entonces le propuso hacer un pacto y que aunque no se casaran, que la hormiga hermana mayor hiciese de madre de las demás hormiguitas y se quedara viviendo con su padre para siempre, y así también le cuidase a él cuando fuese anciano.
Hormiga hermana mayor se quedó pensativa, no quería tener esa obligación de por vida, ella quería conocer a otra hormiga con quien casarse, tener sus hijos, su propia casa… Pero le daba mucha pena decirle a su padre que ella se quería marchar y hacer su propia vida y tener su propia familia. Entonces fue a hablar con su padre y le dijo que ella aceptaría quedarse toda su vida a cargo de sus hermanas pequeñas, pero que antes de que esto sucediese, quería disfrutar de una fiesta maravillosa y que para esa fiesta quería tres coronas, las más bellas que se pudiese imaginar, la primera debía ser de un color tan plateado como la luna, realizada con plata o platino, la segunda de un color tan dorado como el sol, realizada con el oro más bello que existía, y la tercera de un color tan brillante como las estrellas, realizada con los diamantes más hermosos del universo. Papá hormiga, que era el joyero del reino, se puso manos a la obra para hacer esas tres coronas tan hermosas como su hija. Entonces así la hormiga hermana mayor podría disfrutar de un tiempo hasta que su padre hiciese todas las coronas y se celebrase esa fiesta en la que renunciaría a tener su propia vida.
Pasó mucho tiempo hasta que llego el día en que papá hormiga tenía hechas las tres coronas, y fue a enseñárselas a su hija. Ella quedó impresionada de la belleza de esas coronas, de la corona tan plateada como la luna, de la que era tan dorada como el sol, y de la que era tan brillante como las estrellas. Parecía un sueño. Entonces papá hormiga le dijo que ya podrían celebrar la fiesta y que después ella pasaría a tener el papel de madre de la familia. Pero la hormiga hermana mayor se dio cuenta de que aún era muy pronto para despedirse de su propia vida, entonces le dijo a su padre que quería un último deseo antes de que llegara ese día, que quería tener una capa con la que abrigarse, y que estuviese hecha de todo tipo de hojas del mundo. Entonces papá hormiga quería hacer realidad el deseo de su hija y comenzó un largo viaje para conseguir todas las hojas del mundo y fabricó una gran capa con la que su hija pudiese abrigarse en invierno.
Mucho tiempo después, el padre le enseñó la capa a hormiga hermana mayor, era una capa como nunca había visto, era preciosa, con hojas de todos los colores del bosque. Papá hormiga le dijo que al día siguiente celebrarían esa fiesta a la que estarían invitados todos sus amigos para que se despidiera de ellos y que así empezase su vida como una hormiga ama de casa, dedicada a limpiar, hacer la comida, cuidar a sus hermanas… Pero hormiga hermana mayor, al ver que ya llegaba el momento de despedirse de su vida de hormiga joven y divertida, se desesperó, ya no podría quedar con sus amigos para pasear y pasarlo bien, y ya nunca podría tener novio ni compartir su vida con otra hormiga y así tener hijos.
Entonces, hormiga hermana mayor decidió huir esa misma noche. Huiría a otro reino donde nunca la encontrasen y donde pudiera hacer su propia vida y casarse. Preparó una mochila donde metió con mucho cuidado las tres coronas, la corona tan plateada como la luna, la corona tan dorada como el sol y la corona tan brillante como las estrellas. Se puso tres anillos que eran tres recuerdos que su padre había fabricado para su madre, y la capa de todo tipo de hojas y huyó en la oscuridad de la noche hacia el bosque. Caminó y caminó hasta que se hizo de día, y como no quería que nadie la encontrase se tumbó en el suelo tapándose con su capa de todo tipo de hojas y allí descansó hasta que de nuevo llegó la noche, y otra vez volvió a ponerse en marcha para seguir caminando hasta salir de su reino. Así pasó muchos días en el bosque, estaba desorientada, se había quedado muy delgada porque sólo comía las hierbas que estaba segura que no le iban a sentar mal, estaba muy sucia, hasta que un día escuchó muy cerca de donde estaba unas carcajadas, risas, música… y tuvo tanta curiosidad por ver quienes eran y qué estaban haciendo, pero como no estaba segura de si ya había salido de su reino y de si esas personas podrían reconocerla, se acercó con cuidado hacia donde venían los sonidos, y se escondió detrás de unas hierbas para poder ver lo que sucedía sin que los demás le viesen a ella.
Se quedó tan sorprendida con lo que veía que allí pasó muchas horas observando. Era una gran explanada de hierva en medio del bosque en la que se estaba celebrando una fiesta donde había hormigas músicos tocando unas maravillosas canciones, había también unas mesas larguísimas con bandejas llenas de todos los cereales y frutas más deliciosas que ella nunca había probado. Las hormigas que allí estaban eran todas nobles, decorando con bonitas coronas sus cabezas y con preciosas joyas como anillos, brazaletes, pendientes, collares… Todo aquél lugar estaba decorado con las telas más finas y maravillosas que podían existir, de colores claros que daban sombra y luminosidad a toda aquella fiesta.
Mientras ella estaba allí escondida mirando con gran asombro todo aquello que nunca antes había visto, alguien le tocó por la espalda, y la hormiga hermana mayor se dio un susto muy grande, le temblaban todas las patas y le castañeaban los dientes, ¡alguien le había encontrado!. Pero cuando giró la cabeza para ver quién era, se encontró con un hermoso joven hormiga, y ella se quedó aún más sorprendida. Era el muchacho más bello que había visto nunca, incluso superaba todas esas joyas, esas coronas, esas telas, que había visto en la fiesta.
El joven hormiga también se quedó sorprendido de ver esa hormiga tan descuidada ahí escondida. Le preguntó que quién era, que de dónde había venido, pero la hormiga hermana mayor le dijo que no se acordaba de nada, que no sabía de donde había venido, para que así el joven hormiga no le llevase de nuevo a su casa y tuviese que hacerse cargo de su familia y todas sus hermanas. Pero entonces éste, le dijo que él era el príncipe del reino de las montañas y que estaban celebrando su fiesta de cumpleaños, y que como no podía dejarla en el bosque sola, que se la llevaría a su palacio y que allí trabajaría con los demás criados pero así tendría una casa donde vivir y comida para alimentarse.
Hormiga hermana mayor aunque tuviese miedo por que alguien le descubriese, no pudo resistir a marcharse con el príncipe, ya que se había quedado enamorada de él a primera vista.
Al llegar a palacio, le dijeron que podía comenzar trabajando en las cocinas, y le prepararon una pequeña habitación en la zona donde vivía la servidumbre de palacio.
El cocinero jefe era una hormiga mayor, casi anciano, era un poco gruñón pero en el fondo era muy cariñoso, y le dijo que le enseñaría a cocinar y que poco a poco iría aprendiendo.
Ella comenzó a vivir allí en palacio, se ponía un pañuelo en la cabeza para trabajar en las cocinas y nunca levantaba la vista para no llamar la atención con sus hermosos ojos azules. Estaba contenta porque tenía una cama donde poder dormir y comida, pero también podía ver de vez en cuando al príncipe del cuál se había enamorado. Pero ella sabía que el príncipe nunca se iba a fijar en una hormiga de la servidumbre de palacio y que además ella ya no mostraba la belleza que poseía para que nadie la identificase.
Pasó mucho tiempo en palacio y la gente ya le conocía, todos veían que era una hormiga muy divertida y cariñosa. Un día, como el príncipe ya se iba haciendo mayor, la hormiga rey decidió hacer una fiesta para que su hijo conociese a las demás hormigas princesas y nobles hormigas más bellas y ricas del universo, y así eligiera una con quién casarse. La fiesta iba a durar tres días de bailes y grandes banquetes. Entonces hormiga hermana mayor piensa que qué pena que ella no pudiese optar a casarse con el príncipe.
Llegó el primer día de baile, ella había estado preparando toda la fabulosa comida que iba a servirse en aquella noche, y cuando ya había terminado de preparar y recoger todo le pidió al cocinero hormiga que si podía ir solo un ratito a esconderse detrás de una cortina, porque quería ver cómo era el baile, que le hacía mucha ilusión. El cocinero primero protestó pero le dejó ir un ratito, pero que no se le hiciera muy tarde porque antes de que el príncipe hormiga se fuera a dormir, había que prepararle un caldo. La hormiga hermana mayor aceptó encantada y fue corriendo a su habitación, se lavó perfectamente la cara, la patas, se enderezó las antenas y se colocó la corona tan plateada como la luna. Y así, mirando al frente con sus hermosos y enormes ojos azules y esa corona tan maravillosa y tan plateada como la luna, se presentó en el baile de palacio. Según entró, todo el mundo se quedó mirándola con asombro, nadie sabía quien era, pero sospechaban que sería una invitada de la corte. El príncipe se encontraba bailando con otras hormigas, pero en el momento en que la vio se fue a por ella y le pidió bailar, estuvieron hablando mucho rato y riéndose a carcajadas. Ella le dijo que bailase con otra joven hormiga, pero el príncipe le dijo que estaba muy a gusto con ella.
Cuando hormiga mayor vio que los demás invitados se empezaban a marchar, le dijo que ella también se tenía que ir y salió corriendo. Volvió a su habitación, se quitó la corona tan dorada como la luna, se manchó la cara y las patas, y se colocó el pañuelo en la cabeza. Al llegar a la cocina el cocinero jefe le echó la bronca por haber tardado tanto en volver y le dijo que se encargase ella de preparar la sopa al príncipe porque a él no le daba tiempo. Echó todos los ingredientes que llevaba normalmente, pero también echó en el bol uno de los anillos que ella había llevado consigo de mamá hormiga. Y ella misma se la llevó a la habitación del príncipe. A él le encantó, pensó que era la sopa más buena que había comido en su vida, y cuando ya estaba terminando, notó algo en el fondo del bol y se dio cuenta que había un anillo precioso, lo limpió y se lo guardó. Bajó a las cocinas y le dio la enhorabuena al cocinero por la exquisita sopa que le había preparado.
Al llegar el segundo día de baile, la hormiga hermana mayor le vuelve a pedir al cocinero que le deje ir a la fiesta, el cocinero primero le dice que no porque el día anterior había llegado muy tarde, pero consigue convencerle de que le deje ir sólo un ratito. Entonces ella fue corriendo a su habitación y se lavó la cara y las patas, se colocó las antenas y se puso la corona tan dorada como el sol y así se presentó en el baile. En el momento en que el príncipe hormiga le vio entrar, se fue directamente a bailar con ella y le empezó a preguntar que de dónde era, que cómo se llamaba… pero hormiga hermana mayor esquivaba las preguntas como podía. Ella había conseguido enamorar al príncipe. Esta noche se marchó un poco antes y dejó al príncipe bailando con otras hormigas princesas. Volvió a cambiare para ir a la cocina y el cocinero le volvió a mandar hacer la sopa del príncipe hormiga. Ella lo hizo con mucho cariño y metió en el bol un segundo anillo. Le llevó la sopa al príncipe y éste se comió la sopa y al llegar al final notó que había algo, lo sacó y vio que era otro anillo, lo limpió, lo comparó con el de la noche anterior y descubrió que tenían el mismo tamaño, también lo guardó. El príncipe hormiga bajó a las cocinas a intentar averiguar quién había hecho la sopa, pero el cocinero le dijo que había sido él mismo, entonces el príncipe se fue a dormir.
Entonces llegó la tercera noche del baile, que era el último momento en que el príncipe podía conocer a las princesas hormigas, ya que, al día siguiente tenía que decidir con quién se quería casar. Entonces todas las princesas se habían puesto sus mejores joyas y estaban maravillosas.
Hormiga hermana mayor pide al cocinero que si le deja volver un ratito a la esconderse y mirar la fiesta, porque iba a ser el último día y ya nunca vería nada como eso en su vida, y el cocinero al verle tan ilusionada, le deja marchar. Ella corre a su habitación, se limpia, se perfuma, se coloca sus antenas y se adorna con la corona tan brillante como las estrellas. Cuando hormiga hermana mayor entra en el salón del baile, todo el mundo le mira como si fuese una diosa, era la hormiga más bella que nunca habían visto con la corona más espectacular que jamás podía existir. Todas las hormigas ya imaginan que ella iba a ser la elegida por el príncipe. Cuando los dos empiezan a bailar, el príncipe comienza a preguntarle que necesita saber quién es, que quiere casarse con ella, que le diga su nombre… Entonces hormiga hermana mayor empieza a ponerse muy nerviosa, y en ese momento, el príncipe hormiga, que tenía cogida la mano de ella, aprovecha para ponerle los dos anillos y ve que le quedan perfectamente, que ese era el tamaño exacto, y hormiga hermana mayor se marcha corriendo sin darse cuenta.
Ella hace lo mismo que las noches anteriores y se marcha a su cuarto, se quita la corona, se pone el pañuelo de cocinera, se mancha la cara y así va corriendo a las cocinas, donde prepara otra vez la sopa del príncipe, mete el tercer anillo de mamá hormiga y se lo leva a su habitación. El príncipe hormiga le pide que se quede esperando hasta que se tome la sopa, que no va a tardar mucho, y hormiga hermana mayor allí de pie mirando al suelo, se queda esperando. El príncipe se toma la sopa y al llegar al final nota que hay otra vez algo en el bol, y saca el anillo. El príncipe le pregunta a hormiga hermana mayor si sabe de quién es ese anillo, y ella se sonroja pero le dice que no sabe lo que es. El príncipe se levanta y se acerca a hormiga hermana mayor, le coge la mano y le vuelve a peguntar que si sabe qué era eso o de quién era. Hormiga hermana mayor se pone colorada como un tomate pero vuelve a decir que no sabe lo que es, que nunca antes lo había visto. Entonces el príncipe le pone el anillo en la mano y es ahí cuando ella se da cuenta que lleva puestos los otros dos que él le había puesto esa misma noche en la fiesta cuando ella iba vestida con su maravillosa corona.
El príncipe hormiga le dice que sabe que ella no era una criada, que le contase quién era, que no le importaba que no fuese noble, que le daba igual cuál fuese su historia porque él estaba enamorado y quería formar una vida nueva junto a ella. Entonces hormiga hermana mayor le contó su historia y se casaron y fueron muy muy felices viviendo en palacio, se convirtieron en los reyes hormiga y tuvieron muchos hijos.
Bien, un poco egoísta la hormiga mayor y muy largo.
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