jueves, 28 de abril de 2011

LITERATURA FOLCLÓRICA (Bloque IV) primera parte


Alfonso X de Castilla y su corte. El rey fue el máximo promotor de la literatura medieval en España.

     Comenzaré este nuevo bloque apuntando que así como los cuentos de autor son para seleccionar y para ver, por el contrario, los cuentos folclóricos son para adaptar y para contar. Con esto quiero decir que estos cuentos podemos cambiarlos en función de nuestros alumnos o de lo que queramos conseguir en ellos.

     Algunas de las características de la literatura folclórica que hemos tratado en clase son las siguientes:

̵      No tiene autor: porque quien la ha creado ha sido el paso del tiempo y todas las personas que lo han ido transmitiendo a cada momento. Por lo que sería imposible llegar a conocer las versiones originales, y seguramente tendrían muy poco parecido.

̵      Multitud de variantes: estas historias presentan multitud de variantes en distintos lugares y distintos siglos. Debemos adaptarlos siempre a los gustos o intereses de la gente a quienes se lo vamos a contar. Como ya he dicho, son cuentos para adaptar. Que alguien lo haya escrito en algún momento, no impide que nosotros lo sigamos adaptando.

̵      Son textos populares: del pueblo, que corrían de boca en boca. No son textos cultos, ni prestan atención a la forma, lo que importa es el contenido. Al ser algo popular, refleja las costumbres del pueblo, pero también sus miedos, sus deseos, sus sueños…

̵      No son textos infantiles: y jamás lo han sido. Son textos que antiguamente se transmitían al calor de la lumbre, por lo que también se llaman textos del hogar.

̵      Dedicados a los adolescentes: porque son ellos quienes más aprenden de estos textos. Como ejemplo que hemos visto en clase es que el protagonista suele ser un niño o niña que se ve obligado a salir de su hogar, de esa protección familiar y así enfrentarse él solo con los problemas de la vida adulta hasta que consigue casarse, formar su propio núcleo familiar y así cerrar el círculo.
Como un ejemplo más específico y que todos conocemos, Caperucita, una adolescente que se ve obligada a salir de su casa (protección familiar) e ir a ver a su abuelita. En el cuento original la versión de Perrault, Caperucita se queda por el camino.
Otro es Hansel y Gretel, lo que reflejan es el viaje iniciático de un niño para pasar a la edad adulta.
Aún así, estos textos están dedicados a toda la familia.

̵      No son textos machistas: solamente reflejan la cultura de la época, las costumbres, el dia a dia y cómo era la vida,la madre trabaja en casa, el padre fuera… pero aún así, podemos adaptarlo. Además, en muchos de estos cuentos, o historias, es la mujer quien elige su camino y quien decide sobre su vida y sus actos.


La Cenicienta

    Hubo una vez una joven muy bella que no tenía padres, sino madrastra, una viuda impertinente con dos hijas a cual más fea. Era ella quien hacía los trabajos más duros de la casa y como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban Cenicienta.


   Un día el Rey de aquel país anunció que iba a dar una gran fiesta a la que invitaba a todas las jóvenes casaderas del reino.
- Tú Cenicienta, no irás -dijo la madrastra-. Te quedarás en casa fregando el suelo y preparando la cena para cuando volvamos.
    Llegó el día del baile y Cenicienta apesadumbrada vio partir a sus hermanastras hacia el Palacio Real. Cuando se encontró sola en la cocina no pudo reprimir sus sollozos.
- ¿Por qué seré tan desgraciada? -exclamó-. De pronto se le apareció su Hada Madrina.    


- No te preocupes -exclamó el Hada-. Tu también podrás ir al baile, pero con una condición, que cuando el reloj de Palacio dé las doce campanadas tendrás que regresar sin falta. Y tocándola con su varita mágica la transformó en una maravillosa joven.

   La llegada de Cenicienta al Palacio causó honda admiración. Al entrar en la sala de baile, el Rey quedó tan prendado de su belleza que bailó con ella toda la noche. Sus hermanastras no la reconocieron y se preguntaban quién sería aquella joven.
   En medio de tanta felicidad Cenicienta oyó sonar en el reloj de Palacio las doce.
- ¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! -exclamó-.

   Como una exhalación atravesó el salón y bajó la escalinata perdiendo en su huída un zapato, que el Rey recogió asombrado.
   Para encontrar a la bella joven, el Rey ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera calzarse el zapato. Envió a sus heraldos a recorrer todo el Reino. Las doncellas se lo probaban en vano, pues no había ni una a quien le fuera bien el zapatito.


   Al fin llegaron a casa de Cenicienta, y claro está que sus hermanastras no pudieron calzar el zapato, pero cuando se lo puso Cenicienta vieron con estupor que le estaba perfecto.
   Y así sucedió que el Príncipe se casó con la joven y vivieron muy felices.

FIN

La Cenicienta
Charles Perrault

     Érase un gentil-hombre que casó en segundas nupcias con una mujer altiva y huraña como otra no haya habido. Tenía dos hijas, como ella orgullosas y que en todo se le asemejaban. El esposo tenía una hija, cuya dulzura y bondad nadie aventajaba; cualidades que asemejaban las de su difunta madre, que fue buena entre las buenas.
     Apenas celebradas las bodas, la madrastra hizo pesar su pésimo carácter sobre la joven, cuyas buenas cualidades no podía sufrir, tanto menos cuanto comparadas con las de sus hijas, éstas aparecían más despreciables. Encargole las más humildes faenas de la casa; debía fregar los platos y los chismes todos de la cocina, barría los cuartos de la señora y de sus dos hijas; dormía en el granero y en un mal jergón, mientras sus hermanas estaban en habitaciones bien amuebladas, tenían camas lujosas y grandes espejos, en los que se veían de la cabeza a los pies. La desdichada sufría con paciencia y no osaba quejarse a su padre, quien la hubiera reñido, pues estaba dominado por su mujer.
     Cuando había terminado su tarea iba a un rincón de la chimenea y se sentaba encima de la ceniza, lo que dio origen a que la aplicaran un feo mote; mas la menor, que no era tan mala como su hermana, la llamaba Cenicienta, a pesar de lo cual la pobrecita, con sus remendados vestidos, era cien veces más hermosa que sus hermanas a pesar de sus magníficos trajes.

     En aquel entonces el hijo el rey dio un baile al que invitó a todas las personas distinguidas y también a las dos señoritas, que figuraban en primera línea entre las de aquel país. Hételas ocupadas en escoger los vestidos y adornos que mejor habían de sentarles, de lo cual había de resultar aumento de trabajo para la Cenicienta, porque ella era la que repasaba la ropa de sus hermanas y cuidaba del atadillo y pliegues de sus jubones. Sólo se hablaba del traje que se pondrían.
     Yo, dijo la mayor, llevaré el vestido de terciopelo rojo y un aderezo de Inglaterra.
     Yo, añadió la menor, me pondré las sayas que acostumbro llevar, pero, en cambio, ostentaré mi manto recamado de flores de oro y mi adorno de diamantes, que es joya de las mejores.
     Mandaron llamar a una buena peinadora para que hiciera maravillas, y enviaron por lunares a la tienda donde mejor los fabricaban. Llamaron a la Cenicienta para pedirle su opinión, porque su gusto era exquisito, y les dio excelentes consejos y hasta se ofreció para peinarlas, lo que aceptaron sus hermanas.
     Mientras las estaba peinando, le dijeron:
- Cenicienta, ¿te gustaría ir al baile?
- ¡Ay; señoritas, ustedes se burlan de mí! ¡No es al baile donde debo ir!
- Tienes razón: ¡cómo reirían si viesen a una joven como tú en el baile!

      Otra que no hubiese sido la Cenicienta, las hubiera peinado mal; pero era buena y las peinó perfectamente bien. Casi dos días estuvieron sin comer, tanta era su alegría; rompieron más de doce lazos a fuerza de apretar para que su talle fuese más chiquitito y pasaron todo el tiempo delante del espejo.
Por fin llegó el tan deseado día; fuéronse al baile y con la mirada siguiolas la Cenicienta hasta perderlas de vista. Cuando hubieron desaparecido se puso a llorar. Su madrina, al verla anegada en llanto, preguntole qué tenía.
-Yo quisiera... yo quisiera...
     Los sollozos le embargaban la voz y no podía continuar. Su madrina, que era hada, le dijo:
-¿Deseas ir al baile? ¿He adivinado?
-¡Ah!, sí; contestó la cenicienta suspirando.
-¿Serás buena?, le preguntó su madrina. Si lo eres, irás al baile.
     Llevola a su cuarto, y le dijo: -Ve al jardín y tráeme una calabaza.

     La Cenicienta fuese en seguida a buscarla y cogió la más hermosa que encontró, entregándola a su madrina, sin que acertase a adivinar qué tenía que ver la calabaza con el baile. Su madrina la vació, y cuando sólo quedó la corteza, tocola con su varita, e inmediatamente convirtiose la calabaza en una magnífica carroza dorada. Fuese luego en busca de la ratonera, donde halló seis ratones, todos vivos. Dijo a la Cenicienta que levantara un poquito la trampa, y cuando salía uno, le daba un golpecito con su varilla, transformándose inmediatamente el ratón en un soberbio caballo; de modo que reunió un magnífico tiro de seis corceles de un hermoso gris de rata que admiraba.

      Pensando estaba de qué haría un cochero, cuando la Cenicienta dijo:
-Veré si ha quedado algún ratón en la ratonera y le convertiremos en cochero.
-Buena idea, contestole. Ve a mirarlo.
     La Cenicienta volvió con la ratonera en la que había tres grandes ratas. La Hada escogió una entre las tres, dándole la preferencia por su barba; y habiéndola tocado con la varilla, se transformó en un fornido cochero con gruesos bigotes.
     Luego le dijo:
-Ve al jardín y tráeme seis lagartos que encontrarás detrás de la regadera.
     Así lo hizo, y en el acto su madrina convirtió los lagartos en otros tantos lacayos, que inmediatamente subieron a la carroza con sus libreas galoneadas, manteniéndose firmes como si en su vida hubiesen hecho otra cosa.
     La Hada dijo entonces a la Cenicienta:
-¡Vaya!, ya tienes lo necesario para ir al baile. ¿Estás contenta?
Sí, madrina; pero, ¿iré al baile con mi feo vestido?
     Su madrina tocola con la varita y sus ropas se convirtieron en vestidos de oro y seda recamados de pedrería. Luego le dio unas chinelas de cristal, las más lindas que humanos ojos hayan visto. Subió la Cenicienta a la carroza y su madrina le recomendó con mucho empeño que saliese del baile antes de medianoche, advirtiéndola que si permanecía en él un momento más, la carroza volvería a convertirse en calabaza, los caballos en ratones, los lacayos en lagartos y sus hermosos vestidos tomarían la primitiva forma que tenían.

     Después de haber prometido a su madrina que se retiraría del baile antes de medianoche, fuese llena de alegría. Diose aviso al hijo del rey de que acababa de llegar una gran princesa desconocida y corrió a recibirla. Le dio la mano para que bajara de la carroza y llevola al salón donde estaban los convidados. A su entrada reinó un gran silencio, cesaron todos de bailar y pararon los violines, tanta fue la impresión producida por la extraordinaria belleza de la desconocida y tan grande el deseo de contemplarla. Sólo se oía el confuso murmullo producido por esta exclamación que salía de todos los labios.
-¡Qué hermosa es!
     El mismo rey, a pesar de su vejez, no se cansaba de mirarla y decía en voz baja a la reina que hacía mucho tiempo que no había visto una mujer tan bella y amable. Todas las damas estaban absortas en la contemplación de su tocado y vestidos con el propósito de tener otros iguales al día siguiente, sí bien dudaban encontrar telas tan bellas y modistas hábiles para hacerlos.
     El hijo del rey llevola al puesto más distinguido y luego la invitó a danzar. Bailó con tanta gracia que aun la admiraron más. Sirviose un espléndido refresco, pero nada probó el joven príncipe, pues sólo pensaba en mirarla. La Cenicienta fue a sentarse al lado de sus hermanas, con quienes mostrose muy amable, dándoles naranjas y limones de los que el príncipe le había ofrecido, lo que las admiró mucho, porque no la conocieron.

     Mientras estaban hablando, la Cenicienta oyó que el reloj daba las doce menos cuarto. Hizo una gran reverencia a los asistentes y se fue tan deprisa como pudo. En cuanto llegó a su casa dirigiose al encuentro de su madrina, y después de haberle dado las gracias le dijo que desearía volver al baile el siguiente día, por que el hijo del rey se lo había rogado. Ocupada estaba en referir a su madrina todo lo que había ocurrido, cuando las dos hermanas llamaron a la puerta. La Cenicienta fue a abrir, y les dijo:
-¡Cuánto habéis tardado en volver!
     Al mismo tiempo se frotaba los ojos y se desperezaba como si acabara de despertar, por más que no hubiere pensado en dormir desde que se separaron. Una de sus hermanas exclamó:
-Si hubieses estado en el baile no te hubieras fastidiado, pues ha ido la más hermosa princesa que pueda verse, quien se ha mostrado con nosotras muy amable y nos ha dado naranjas y limones.
     Extraordinario era el júbilo de la Cenicienta. Preguntoles el nombre de la princesa, y le contestaron que se ignoraba, añadiendo que esto hacía sufrir mucho al hijo el rey, que daría todo lo del mundo por saberlo. Sonrió la Cenicienta, y les dijo:
-¿Era muy bella? ¡Dios mío!, cuán dichosas sois vosotras; también lo sería yo si pudiese verla. Hermana mía, préstame tu vestido amarillo, el que te pones cada día.
-¿Crees que he perdido el juicio? No estoy loca rematada para prestar mi vestido a una fea y sucia como tú.
     La Cenicienta contaba con esta negativa, que no le pesó, pues no hubiera sabido qué hacerse si su hermana hubiese accedido a su demanda.

     Al día siguiente las dos hermanas fueron al baile y también la Cenicienta, pero más adornada que la vez primera. El hijo del Rey no se apartó de su lado y no cesó de hablarle con gracia. Con gusto le oía la joven, hasta tal punto que olvidó lo que su madrina le había encargado y sonó la primera campanada de medianoche, cuando creía que no eran las once. Levantose y huyó con la ligereza de una corza, seguida del príncipe, pero sin que pudiera alcanzarla, y en su fuga perdió una de las chinelas de cristal, que el hijo el rey recogió. La Cenicienta llegó a su casa muy cansada, sin carroza, sin lacayos y con su feo vestido, pues de su magnificencia solo le había quedado una de las chinelas de cristal, la pareja de la que había perdido. Preguntaron a los guardias de las puertas el palacio si habían visto salir a una princesa, y contestaron que sólo habían visto salir a una joven muy mal vestida, cuyo porte era más bien el de una campesina que el de una señorita.

     Cuando las dos hermanas regresaron del baile preguntoles la Cenicienta si se habían divertido mucho y si la hermosa princesa había asistido. Contestaron afirmativamente, añadiendo que al dar medianoche había huido con tanto apresuramiento que había dejado caer una de sus chinelas de cristal, la más linda del mundo.También contaron que el hijo del rey la había recogido, y que hasta acabar el baile no había hecho otra cosa que mirarla, lo que demostraba que estaba enamorado de la joven a quien la diminuta chinela pertenecía.
     Dijeron la verdad, pues pocos días después el hijo del rey mandó publicar a son de trompeta que se casaría con aquella a cuyo pie se amoldase exactamente la chinela. Se comenzó por probarla a las princesas, luego a las duquesas y después a todas las señoritas de la corte. Lleváronla a casa de las dos hermanas, que hicieron grandes esfuerzos para que su pie entrase en la chinela, pero sin lograrlo. La Cenicienta que las estaba mirando, reconoció su chinela y les dijo riendo:
Dejad que vea si mi pie entra en ella.

     Sus hermanas soltaron la carcajada y de ella se burlaron. El gentil-hombre que probaba la chinela, miró con atención a la Cenicienta, vio que era muy bella y dijo que su deseo era justo, pues tenía orden de probar la chinela a todas las jóvenes. Hizo sentar a la Cenicienta, y acercando la chinela a su diminuto pie notó que entraba en ella sin dificultad, quedando calzado como sí se hubiese amoldado en cera.
     Grande fue el asombro de ambas hermanas, y subió de punto cuando la Cenicienta sacó del bolsillo la otra diminuta chinela, que metió en el pie que no estaba calzado. En esto llegó la madrina, quien tocando con su varita los vestidos de la Cenicienta los convirtió en otros aún más preciosos que los que había llevado.
     Entonces las dos hermanas reconocieron en ella a aquella joven que habían visto en el baile y se arrojaron a sus pies para pedirle perdón por los malos tratos que la habían hecho sufrir. La Cenicienta las levantó y les dijo abrazándolas que con toda su alma las perdonaba, rogándolas que siempre la amasen. Vestida como estaba, lleváronla al palacio del joven príncipe, quien la halló más hermosa que antes y casó con ella a los pocos días. La Cenicienta, tan buena como bella, mandó que sus dos hermanas se alojaran en palacio y el mismo día las casó con dos grandes señores de la corte.

FIN

Teatro folclórico. (Género dramático)

Debemos distinguir el texto teatral de la representación.
     Los textos teatrales folclóricos se sustentan en la historia que se representa. Eran manifestaciones que hacía la gente del pueblo, y en clase las hemos dividido en tres tipos:

     1.- Representaciones de carácter religioso. Como por ejemplo las representaciones y obras de navidad, de pascua... Constan de motivos religiosos y se suelen realizar en dichas épocas del año.

     2.- Representaciones erótico-festivas. De las cuales muchas se han perdido. Por ejemplo; la llegada de la primavera con la Fiesta de las Flores. Estas fiestas se acompañaban de representaciones en las que los personajes las personas actuaban bajo los efectos del alcohol.

Marionetas de papel
     3.- Representaciones cómicas de la lengua de los cómicos de la lengua. Eran nómadas, lo que significa que nuca actuaban en el mismo sitio, sino que iban viajando de un pueblo a otro. Tenemos conciencia de ellas desde antes de la Edad Media.
     Eran obras muy cortitas, en las que se interactuaba con el público cantando y haciendo juegos. Eran obras con el fin de entretener, en las que se hablaba de ladrones, prostitutas… Los personajes no eran actores profesionales, sino que era gente que necesitaba el dinero, que no sabían leer y eran analfabetos, por lo que generalmente se improvisaba. En España han existido hasta la época de posguerra.
     También tenían obras para niños, se llamaban “Títeres de Cachiporra”, fotos representando con marionetas de manos, no de hilo (las marionetas de hilo no se utilizaban para esto porque eran muy caras y se usaban entre la gente noble y eran difíciles de manejar.

Marionetas de hilo
     El argumento consistía normalmente en un personaje principal (puede ser un chico), que tiene algo que aprecia mucho (puede ser una chica, un objeto…), y también hay un personaje malvado (un lobo, una bruja…) que intenta quitarle eso tan apreciado. Es entonces cuando empiezan a interactuar con el público. El chico, al final de la historia, acaba ganando al personaje malvado.






Poesía folclórica. (Género poético)

Hemos aprendido que existen dos tipos de poesía folclórica:

     1.- Poesía que tiene que ver con los adultos, de carácter amoroso. La gente hacía cancioncillas de amor que tenían que ver con el pueblo. Estas fueron las primeras poesías que se pusieron por escrito.
     Por ejemplo, Cantigas Galaicas; eran escritos portugueses que se pusieron por escrito en la Edad Media, trataban de amor y desamor. Una de ellas es Cántiga de amigo, que se remonta a finales del siglo XII, unos cuantos versos son:

Ondas do mar de Vigo

Ondas do mar de Vigo,
se vistes meu amigo?
E ai Deus!, se verra cedo?

Ondas do mar levado,
se vistes meu amado?
E ai Deus!, se verra cedo?

Se vistes meu amigo,
o por que eu sospiro?
E ai Deus!, se verra cedo?

Se vistes meu amado,
por que ei gran coidado?
E ai Deus!, se verra cedo?


     También había canciones para acompañar los momentos del año; como los villancicos de navidad, canciones para la siega, para las bodas…
Estas poesías acompañadas de música, por lo tanto, estas canciones también iban dirigidas a los niños e iban ligadas a lo lúdico con juegos, bromas, burlas… Datan también del sigo XVI. Se recogieron por primera vez en el siglo XVI, aunque ya existían desde muchos años antes.

     Actualmente, Pedro Cerrillo, Catedrático de literatura de la Comunidad de Castilla La Mancha, ha realizado varias investigaciones sobre textos folclóricos de literatura infantil. Este investigador nos dice que no debemos confundir la poesía folclórica (tradicional y que es improvisada) con la poesía popular (famosa, y que ha tenido un autor).

      2.- Las oraciones y su uso de forma pagana. Se utilizaban porque querían proteger del mal utilizando personajes religiosos.
     Un ejemplo que he recogido del aula y que voy a empezar a poner en práctica es: “Virgen santa, virgen pura, haz que apruebe esta asignatura”.
Otros ejemplos para niños pueden ser: “Desusito de mi vida, que eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón”
Otros se utilizaban para bendecir la mesa, o para antes de dormir como “Cuatro esquinitas tiene mi cama y cuatro angelitos que me resguardan”, que eran antiguos ritos de protección, nocturna para los niños, al igual que las nanas.

Duérmete, niño,
duérmete ya,
que si no vendrá el lobo
y te comerá.

     El folclore en verso tiene también una característica de la poesía de autor; el nonsense, porque se fundamenta en lo ideológico, sin sentido.

     Muchas veces de generación en generación, también cambian las canciones, por ejemplo la canción de “Una,  dola, tela, catola…” Nuestra profesora Irune nos ha contado que esta canción antiguamente se usaba para contar, sin embargo, ahora se utiliza y la conocemos para saltar a la comba.
     Los juegos y las canciones populares del siglo XVI se han mantenido vivas durante muchos años y muchas generaciones, pero poco a poco se van perdiendo.
     A mí, en particular me da mucha pena que se pierdan, así que, como maestra, trabajaré todo esto en el aula.


Prosa folclórica. (Textos en prosa: cuentos, relatos breves…)

     Tienen las mismas características que los textos folclóricos, voy solamente a volver a nombrarlas:

̵      No tiene autor.
̵      Multitud de variantes.
̵      Son textos populares.
̵      No son textos infantiles.
-       Dedicados a los adolescentes.
̵      No son textos machistas.

     En estos textos se reflejan los deseos y los sueños de las clases populares.
     Los cuentos folclóricos también se están perdiendo, es una pena que no puedan convivir con los textos de autor.
     Es imposible conocer las versiones originales debido ha que ha habido han existido muchas variaciones a lo largo de los años, incluso han hecho adaptaciones cinematográficas.

     Un ejemplo de cuento folclórico que nuestra profesora Irune nos ha proporcionado ha sido:

“EL REY PICO DE TORDO”

Un rey tenía una hija hermosa sobremanera, pero tan orgullosa y soberbia al mismo tiempo que ningún pretendiente le parecía bien. Despreciaba a uno tras otro y encima hacía mofa de ellos. Una vez dio el rey una gran fiesta e invitó a todos los hombres, de lejos y de cerca, con ganas de casarse. Todos fueron colocados en fila, según su rango: primero vinieron los reyes, luego los duques, los príncipes, condes y barones y, finalmente, los nobles. La hija del rey recorrió la fila, pero a cada uno tenía una pega que ponerle. Uno le parecía demasiado gordo: «¡Vaya tonel!», se decía; el otro demasiado alto: «Alto y largo, maldito lo que valgo»; el tercero, demasiado bajo: «¡Vaya retaco!»; el cuarto, muy pálido: «¡Ahí va la pálida muerte!»; el quinto, demasiado colorado: «¡Anda el coloretes!»; el sexto no andaba demasiado derecho: «Más torcido que un cayado», y así a cada uno le sacaba una falta, pero especialmente se rió de un buen rey que estaba a la cabeza de la fila y cuya barbilla le había crecido un poco torcida:
            —¡Huy! —y se rió—. Ese tiene una barbilla como el pico de un tordo.
Y desde ese momento se quedó con el nombre de Pico de Tordo.
El anciano rey, cuando vio que su hija no hacía más que burlarse de la gente y que despreciaba a todos los pretendientes, estalló en cólera y juró que se la daría por esposa al primer pordiosero que llegara a su puerta.
Unos días más tarde, un músico empezó a cantar debajo de la ventana para ganarse con ello una limosna escasa. Cuando el rey le oyó, dijo:
            —Hacedle subir.
Entró el músico con sus vestidos sucios y andrajosos, cantó ante el rey y su hija, y pidió, cuando había terminado, que le dieran un pequeño donativo. El rey dijo:
            —Tu canto me ha gustado tanto, que te daré a mi hija por esposa.
La hija del rey se asustó, pero el rey dijo:
            —He hecho el juramento de entregarte al primer pordiosero, y quiero cumplirlo.
No valió que protestara; llamaron al párroco y tuvo que casarse inmediatamente con el músico. Una vez hecho esto, dijo el rey:
            —No es conveniente ahora que tú, siendo la mujer de un pordiosero, vivas por más tiempo en palacio. Así que ya te puedes ir con tu marido.
El pobre la sacó de allí cogida de la mano y tuvo que marcharse a pie con él.
Cuando llegaron a un gran bosque, ella preguntó:
            —¿De quién es este gran bosque tan hermoso?
            —Es del rey Pico de Tordo que quiso hacerse tu esposo.
            —¡Ay de mí, pobre doncella, ojalá su esposa fuera!
Más tarde llegaron a una pradera, y ella volvió a preguntar:
            —¿De quién es esta pradera tan hermosa?
            —Es del rey Pico de Tordo que quiso hacerte su esposa.
            —¡Ay de mí, pobre doncella, ojalá mi esposo fuera!
A continuación pasaron por una gran ciudad, y ella volvió a preguntar:
            —¿De quién es esta pradera tan hermosa?
            —Es del rey Pico de Tordo que quiso hacerte su esposa.
            —¡Ay de mí, pobre doncella, ojalá mi esposo fuera!
            —No me gusta nada —dijo el músico— que siempre estés deseando a otro por marido. ¿Acaso no soy suficientemente bueno para ti?
Finalmente llegaron a una casita pequeñísima, y entonces dijo ella:
            —¡Ay, Dios, qué casa tan chica, y tan extraña!¿De quién será esta cabaña?
El músico contestó:
            —Es tu casa y mi casa, y aquí viviremos juntos.
Ella tuvo que agacharse para poder entrar por la pequeña puerta.
            —¿Dónde están tus servidores? —dijo la hija del rey.
            —¿Qué servidores? —contestó el pobre—. Tú misma tendrás que hacer lo que quieras que se haga.
¡Enciende rápidamente el fuego y pon agua para hacer la comida, que estoy muy cansado!
La hija del rey no tenía ni idea de encender el fuego ni de cocinar, y el pobre tuvo que echar una mano para que todo saliera aceptablemente.
Cuando hubieron comido la escasa cena se acostaron. Pero a la mañana siguiente la sacó muy temprano de la cama para que se ocupara de la casa. Durante algunos días vivieron de esta manera, con esfuerzo y comiendo de las provisiones que había. Una vez dijo el marido:
            —Mujer, esto no puede seguir así mucho tiempo: comemos y no ganamos nada. Tendrás que ponerte a tejer cestos.
El se marchó, cortó mimbres y los trajo a casa. Ella comenzó a tejer, pero los duros juncos la lastimaban pinchándole sus delicadas manos.
            —Ya veo —dijo el hombre— que esto no marcha; será mejor que hiles, quizá lo sepas hacer con más facilidad.
Ella se sentó e intentó hilar, pero el rudo hilo le cortó los blancos dedos, de manera que la sangre le manaba de ellos.
            —¿Ves? —dijo el hombre—. No sirves para hacer ningún trabajo, no he tenido mucha suerte contigo. Intentaré negociar con ollas y vasijas de barro; tú irás al mercado y pondrás la mercancía a la venta.
—¡Av! —pensó ella—. Si llega gente del reino de mi padre al mercado y me ven allí sentada vendiendo, cómo se van a burlar de mí...»
Pero no le sirvió de nada lamentarse y tuvo que obedecer, si no quería morirse de hambre. La primera vez todo salió bien, pues la gente compraba gustosamente a la mujer, porque era hermosa, y le pagaban lo que pedía, e incluso muchos le daban el dinero y le dejaban las ollas. En lo sucesivo vivieron de lo que ella había conseguido mientras les duró. Luego el marido volvió a comprar una tanda de cacharros de cocina. Ella se sentó en un rincón del mercado y los colocó a su alrededor y los puso a la venta. Pero de pronto pasó como un rayo un húsar borracho, cabalgando precisamente por encima de las ollas, de tal manera que todas saltaron en miles de añicos. Ella empezó a llorar v no sabía qué hacer del miedo que tenía.
            —¡Ay, qué me pasará! —gritaba ella—. ¿Qué va a decir a esto mi marido?
Volvió corriendo a casa y le contó la desgracia.
            —¿A quién se le ocurre sentarse en un rincón del mercado con una batería así? —dijo el marido—. Deja de llorar, ya me doy cuenta de sobra: a ti no se te puede utilizar para ningún trabajo decente. He ido al palacio de nuestro rey y he preguntado si necesitaban una moza que ayude en la cocina, y me han prometido que te emplearán. A cambio recibirás comida gratis.
Pues bien, ahora la hija del rey era un pinche de cocina, tenía que ayudar al cocinero y hacer el trabajo más ingrato. Se ató a ambos bolsillos una ollita con una cuerda y en ellas traía a casa lo que le correspondía de las sobras y con eso se alimentaban. Aconteció que se celebró la boda del hijo mayor del rey, y entonces la pobre mujer subió, se colocó ante la puerta del salón y quiso mirar.
Cuando las luces estaban encendidas y todo brillaba de lujo y magnificencia, y entraba cada vez un invitado más hermoso que el otro, recordó su suerte con corazón pesaroso, y maldijo su orgullo y soberbia que la habían denigrado y la habían hecho caer en aquel estado de pobreza. De las exquisitas viandas que eran llevadas y sacadas de allí y cuyo olor llegaba hasta ella, le lanzaban los sirvientes a veces unos cuantos trozos, que ella metía en sus ollitas para llevárselas a casa.
De pronto apareció el príncipe, que iba vestido de terciopelo y seda, con cadenas de oro alrededor del cuello, y que cuando vio a la hermosa mujer en la puerta, la cogió de la mano y quiso bailar con ella, pero ella se negó y se asustó, pues vio que era el rey Pico de Tordo, que la había cortejado y que ella había rechazado. Su resistencia no le sirvió de mucha ayuda; él la arrastró hasta la sala, pero en aquel momento se rompió la cuerda de los bolsillos, y las ollas se cayeron al suelo, de tal manera que se derramó la sopa y saltaron los pedazos de comida. Cuando la gente vio esto se originó una risa y burla general, y ella sintió tal vergüenza que hubiera querido que se la tragase la tierra. Salió corriendo por la puerta y quiso huir, pero en la escalera la detuvo un hombre y la volvió a llevar al salón y, cuando ella miró, vio que era otra vez el rey Pico de Tordo. El, sin embargo, le habló afablemente:
            —No temas, yo y el músico que ha vivido contigo en la casucha miserable somos la misma persona; por amor a ti me disfracé de esa manera, y el húsar que te rompió los cacharros también fui yo. Hice todo eso para vencer tu orgullo y castigarte por la soberbia con que te burlaste de mí.
A continuación ella lloró amargamente y dijo:
            —He cometido una gran injusticia y no soy digna de ser tu mujer.
El, sin embargo, dijo:
            —Consuélate, los malos tragos han pasado ya; ahora celebraremos nuestra boda.
A esto llegaron las camareras y la vistieron con los trajes más lujosos, y vino su padre y toda la corte le deseó mucha felicidad en su boda con el rey Pico de Tordo, y la alegría comenzó a reinar en aquel momento. Me hubiera gustado que tú y yo también hubiéramos estado allí.



LAS CLASES DE "ESPAÑOLES" SEGUN PIO BAROJA

Pío Baroja
(1872-1956)

 Pío Baroja (13/5/1904)
    Corría el año 1904 y aquella tertulia, que había abierto el gallego Ramón María del Valle-Inclán en el Nuevo Café de Levante, hervía por las noches con la flor y nata de los intelectuales de la Generación del 98 y los artistas más significados, entre ellos Ignacio Zuloaga, Gutiérrez Solana, Santiago Rusiñol, Mateo Inurria, Chicharro, Beltrán Masses o Rafael Penagos.

    Y aquella tarde noche del 13 de mayo de 1904 el que sorprendió a todos los presentes fue Pío Baroja. Porque cuando se estaba hablando de los españoles y de las distintas clases de españoles, el novelista vasco sorprendió a todos y dijo:

    "La verdad es que en España hay siete clases de españoles... sí, como los siete pecados capitales. A saber:

 1) los que no saben;
 2) los que no quieren saber;
 3) los que odian el saber;
 4) los que sufren por no saber;
 5) los que aparentan que saben;
 6) los que triunfan sin saber, y
 7) los que viven gracias a que los demás no saben."

    Unamuno y Benito Pérez Galdós aplaudieron a Baroja. Sobre todo por el último punto, el que dice "los que viven gracias a que los demás no saben". Estos últimos se llaman a sí mismos "políticos" y a veces hasta "intelectuales". 

     Concluyo esta entrada diciendo que, como diría mi padre, "EL SABER NO OCUPA LUGAR".

jueves, 21 de abril de 2011

INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA, GÉNEROS LITERARIOS Y LITERATURA DE AUTOR (Bloque II) 4ªCorrección(lo subrayado en color más oscuro y letras blancas)

Aristóteles
(384 a.C. - 322 a.C.)
     Literatura es el arte que utiliza como materia prima las palabras. Sirve para crear obras que podemos dividirlas en tres grandes géneros:
 - épica, - lírica y - dramática, (según la terminología antigua de Aristóteles). Actualmente podemos dividirla en:
 - prosa, - verso y - teatro.

     La literatura utiliza la función expresiva y poética del lenguaje, utilizando así, figuras literarias. Todos los textos literarios son textos de ficción, lo que no quiere decir que no relate la realidad (como yo pensaba en un principio) sino que, relata una realidad ficcionada por el propio autor y desde su punto de vista. Por ejemplo relatando pensamientos de personajes que en la realidad nunca conocería, o inventando diálogos.

     En clase hice una reflexión parecida de este término, que la literatura es el arte de la escritura que ofrece cultura como vocabulario, diversas formas de pensar y actuar, contextualizaciones históricas reales… a las personas que lo leen. Al contrario de lo que yo pensaba en un principio que también ofrecía conocimientos, pero esto último es propio de la paraliteratura.

     En clase hice una reflexión parecida de este término, que la literatura es el arte de la escritura que ofrece no sólo conocimientos, sino cultura a las personas que lo leen.

     He aprendido otros dos términos: “paraliteratura” y “subliteratura”, de los cuales nunca antes había oído.
Estos términos los diferencio o asemejo a “literatura” en:
  1. La literatura tiene intención artística, sin embargo, esto es algo de lo que carece la paraliteratura, y la intención de la subliteratura es económica.  Desconozco la intención de la paraliteratura y no he sido capaz de encontrarla hasta el momento. Según la corrección proporcionada por mi profesora Irune, las funciones de la paraliteratura son varias, voy a destacar tres de ellas; 1.- comunmente pretende informar (noticias, biografías, artículos de opinión, de divulgación científica, críticas artísticas, o deportivas...) 2.- también puede buscar alabar a alguien (panegíricos, poemas de circunstancias sobre alguien) 3.- o hacer crítica social.
    También cabe destacar que no todos los textos con estas características se consideran paraliterarios. Sólo lo son aquellos que usan las mismas funciones expresivas y poéticas que la literatura e, incluso, alguno de los tres géneros literarios. Es decir: que aparentemente son literatura pero no son ficción.
  2. La literatura y la subliteratura se dividen en tres géneros (prosa, verso y teatro) pero la paraliteratura puede o no pertenecer a estos géneros.
  3. La literatura y la subliteratura son de ficción, al contrario de la paraliteratura.
  4. Como semejanza, estos tres términos utilizan las funciones expresiva y poética.
     Después de aclaraciones en clase, y preguntas sobre estos términos, a mi aún hay algo que no termina de quedarme claro, o convencerme. Por ejemplo, ¿cómo podemos saber si una obra se ha escrito con intención económica? Pero supongo que estas dudas se me irán resolviendo a medida que pase el tiempo y yo vaya adquiriendo experiencia en este tema.
     En respuesta a esta duda, mi profesora Irune ha sabido resolverla perfectamente:
“Antes era más difícil saber si una obra se había escrito con intención económica o no. Ahora es fácil porque internet lo permite. Basta con buscar la biografía del autor y ver si trabaja con alguna de las grandes editoriales promotoras de best-seller. No se trata de que haya publicado un libro con ellas sino de si trabaja para ellas. Las productoras marcan el tema, las claves y los receptores implícitos... "encargan" los libros por así decirlo, con unas pautas diseñadas para conseguir ventas. Además, en la subliteratura, los temas son siempre repetidos, los personajes son estereotipos aunque parezca que poseen psicología y la calidad de la redacción se ve mermada por la necesidad de que la lectura sea fluida.
Si te fijas en el cine (que es similar a la literatura) verás como en todas las comedias románticas, por ejemplo, siempre se repiten tres o cuatro prototipos de chico o de chica. Las excepciones suelen ser bastante mejores y mucho más originales.”

     La literatura infantil se dirige a niños hasta de 14 años aproximadamente, dividiéndose en literatura para niños lectores y literatura para niños prelectores.

     La literatura infantil tiene unas características diferenciadas en cuanto a la forma y el contenido. No se presta atención ni se refleja en escritos este tipo de literatura hasta el siglo XVIII debido a que la mayoría de los niños no sabían leer y debido también a que gran parte de esta literatura era oral.
     Lo que sucedía en esta época era que los libros solamente eran para personas adineradas, ya que era muy costosa su publicación, se debían hacer a mano, con varias plantillas...

     A partir del siglo XVIII-XIX se abren escuelas para potenciar la lectura en la población más joven, preocupándose por escribir sobre temas que les interesen y resulten atractivos.



El Barco de Vapor
Serie Blanca
    Entonces en los años 70 del siglo XX fue cuando comenzó la clasificación de libros por edades, un gran ejemplo, la colección de libros de El Barco de Vapor, que diferenciaba las edades para las que estaban pensados los libros, según una escala de colores.
Esta editorial es una de las más conocidas por todos en España a día de hoy, me atrevería a decir que todos hemos tenido y leido uno de sus libros como mínimo.


     



Julio Verne (1828-1905)



  El gran autor Julio Verne (1828 - 1905) fue unos de los primeros en tener en cuenta el público hacia quien iba dirigido lo que escribía. Por ejemplo su conocido cuento El conde de Chanteleine (1871).








Lo que puede la astucia
S. Calleja

     La Editorial Calleja nació en el año 1876 en Madrid por Fernando Calleja Santos como un negocio de librería, pero tan sólo tres años despúes, en 1979, fue comprada por su hijo Saturnino Calleja y éste la convirtió en Editorial Calleja, que publicó 3.400.000 volúmenes aproximadamente.

     Saturnino Calleja consiguió grandes adelantos, como por que publicó grandes tiradas de libros o cuentos a un precio muy económico, consiguiendo un mínimo beneficio. Así era posible que la gran mayoría de la población pudiera acceder a ellos.

El chico de Carmona
S. Calleja
     El formato de estos cuentos era muy pequeño (como se aprecia en la foto en relación a mi mano), y tenían dibujos de los mejores artistas para lograr cuentos atractivos y así fue como "enganchó" a la población juvenil al buen hábito de la lectura.

     Me ha resultado muy curiosos tener en mis propias manos, tocar, leer y conocer estos pequeños libros, o reliquias mejor dicho.





   
Celia
1920 

     El primer libro de literatura infantil en España, en el que la protagonista era una niña de verdad y no un personaje plano, fue Celia, en el año 1920. Pero hasta 1950 no aparecieron los libros ilustrados y con color.
(Son planos aquellos personajes que siempre se comportan de la misma manera, no evolucionan y nos muestran un único aspecto de sí mismos, por lo que sus actuaciones son siempre previsibles).
     Al no ser un personaje plano, el niño podrá reconstruir la historia desde su punto de vista y sus circunstancias. Esto es un gran cambio en el mundo de la literatura infantil, y es Elena Fortún la pionera.

     Este es otro ejemplo de libros escritos hace muchísimos años pero que siguen siendo conocidos por muchos de nosotros.

     Celia supuso grandes cambios en la literatura infantil a partir del siglo XX, entre estos cambios, el más destacado es la creación de personajes con psicología (como he explicado anteriormente). A partir de entonces, nació Mari Pepa, Antoñita la Fantástica, Matilde, Perico y Periquín, La Tomasica....
     La literatura radiofónica nace con el fin de acercar la literatura a todo el mundo, y que se interesen por ella y la hagan partícipe de sus vidas. Se utilizaba un lenguaje accesible para el público en general y que no tuviesen que ser expertos en el tema.
     La primera literatura radiofónica que comenzó en Paris sobre el año 1920, se limitaba a dar lectura a textos de autores ya desaparecidos. En otras ocasiones se contaba con la presencia de escritores como Bertold Brecht, Heinrich o Gómez de la Serna.




    En el año 1936 aparece por primera vez en la revista “Flechas y Pelayos” una aventura del personaje literario de Mari Pepa, que hasta entonces había sido tan sólo una muñeca, creada por Emilia Cortarelo de los Ríos. Estos cuentos van dirigidos a niños de 6 a 10 años aproximadamente.
     La peculiaridad de ésta publicación es que se  realiza a todo color con los dibujos de María Claret (ilustradora habitual de cuentos infantiles durante los años 40 y 50).
Mari Pepa resulta ser una niña de clase media, divertida e inteligente y de unos 7 años de edad. Físicamente la presentan con el pelo corto rubio, unos ojos muy expresivos y vestida acorde a una niña de la época.
     Lo más importante de Mari Pepa, es que protagoniza los primeros libros para niños totalmente ilustrados en color. Son el previo de los álbumes ilustrados.


 Montserrat del Amo 
(Madrid, 1937)




   En el año 1978 se convoca por primera vez el Premio Nacional de Literatura Infantil, que es otorgado a Monserrat del Amo por su obra El nudo  


 








LA LITERATURA DE AUTOR; LOS ÁLBUMES ILUSTRADOS O ÁLBUMES DE IMÁGENES.

     Los textos de autor son textos escritos por una persona, ya sea conocida o desconocida. Algo que yo no había pensado es que pueden ser obras anónimas, pero eso no significa que no tengan autor.
     Los textos de autor tampoco debemos confundirlos con los textos de literatura folclórica, los cuáles veremos más adelante, pero en los que el autor es el pueblo.

     Los álbumes de imágenes se encuentran dentro de los textos de autor, al contrario de lo que yo pensaba en un principio, que eran dos cosas distintas. Estos libros pueden ser para jugar, para mirar, experimentar…
     Los álbumes ilustrados otorgan gran importancia a las imágenes, intentando que el niño sea capaz de comprender el cuento, atendiendo solamente a dichas imágenes, que también pueden ir acompañadas de texto. El fin de estos textos es acercar al niño a la literatura y fomentar su deseo de leer.




GÉNEROS LITERARIOS

 

  • Poesía ---> expresa sentimientos.
  • Prosa ----> narra acontecimientos.
  • Teatro ---> representa las acciones.

El teatro infantil:

   Si que encontramos obras de teatro para que los niños las representen, pero son muy escasas y en su mayoría están dirigidos para maestros, animadores…
   No se escriben obras de teatro para que las lean los niños, ya que para ellos sería muy complicado.


 La prosa infantil:

    Para hacer literatura infantil, es necesario conocer a los niños, conocer su psicología, entenderles y utilizar su vocabulario. Esto va cambiando dependiendo de la etapa o momento evolutivo en que se encuentre el niño.
     En los libros tiene que existir una semejanza entre el protagonista y el niño, para que éste se sienta identificado. Si no existe un protagonista de este estilo, la historia que se narra debe ser muy cercana a él, algo que le haya sucedido o le pueda suceder.

     Según refleja Mercedes Gómez del Manzano en sus investigaciones, el niño protagonista es cercano y de psicología simple, un niño real, con el que el receptor pueda sentirse identificado. El protagonista del cuento no tiene por qué ser obligatoriamente un niño, puede ser un animal, un objeto personificado…
     Mercedes Gómez del Manzano llega a la conclusión de que cuando vayamos a escribir un cuento, debemos tener en cuenta la edad a quién va dirigido, que sean historias que se entiendan y se asemejen a la vida real, y personajes con los que los niños puedan sentirse identificados.

La poesía infantil:

    La poesía ha sido siempre el género más destacado de la literatura. Y hasta principios de siglo XX para ser un buen poeta debías controlar perfectamente la rima, pero a partir de entonces empezaron los estilos libres, en los que los escritores se dejaban llevar sin acatar las normas, como en la Generación del 27, en las que eran poemas de versos libres. Pero en el caso de la poesía infantil, la rima está muy presente y sobre todo el ritmo.



    ¿Cómo diferenciamos la poesía infantil de la poesía para adultos? Pues en respuesta a esta duda que me planteo, la poesía infantil tiene sus propias reglas y normas, que nada tienen que ver con la poesía para adultos, como ejemplo, la poesía infantil otorga mucha importancia al ritmo, y también suelen ser poemas narrativos en los que se cuentan una historia en la que el niño pueda verse reflejado y se interese por el poema. Éstas también se han aprovechado para enseñar a los niños buen comportamiento y moralizarles, y se utilizaba como recurso y proceso didáctico, hasta la llegada de Gloria Fuertes. Antes, la poesía escolar se usaba como instrumento didáctico y moralizador como he dicho.

    En los años '60, aparece Gloria Fuertes, una mujer poetisa (poeta), que intenta abrirse paso en este mundo mayoritariamente de hombres, como Camilo José Cela reconoció en su momento la injusticia que se había cometido con ella, con estas palabras "La angélica y alta voz poética a la que los hombres y las circunstancias putearon inmisericordiosamente".
    Decidió buscar algo nuevo, innovador, con lo que ella pudiera destacar. Se centró en la poesía infantil, no le gustaba cómo estaba organizada u orientada, porque seguía sin estar pensada para niños , por lo que se marchó a Inglaterra donde conoció las "Nursery Rhymes" (Rimas de guardería), las cuales le sorprendieron gratamente. Eran absolutamente distintas a las que se hacían en España, éstas contenían frases sin sentido "nonsense", era totalmente absurda, cosa que a los niños les encantaba.
    Ella comenzó a escuchar a los niños, cómo se comportaban, los intereses que tenían, sus miedos, cómo hablaban, y así fue cómo consiguió hacer una poesía dirigida a ellos, que les gustase, situando al niño en el centro del poema.
    Gloria Fuertes fue la escritora poetisa mas conocida de la literatura infantil española y latinoamericana.
    Personalmente, los libros de Gloria Fuertes han sido los que han marcado mi infancia en el mundo literario. Los recuerdo con mucho cariño y serán libros que van a estar muy presentes en mi vida como maestra y como madre, y cómo no, en mi vida personal porque aún me sigue gustando leerlos de vez en cuando.


Gloria Fuertes
(1917- 1998)

     Anteriormente, hasta los años '70, la poesía que se enseñaba a los niños eran poemas escritos desde el punto de vista del adulto, y prácticamente estaban más dirigidos para ellos que para los propios niños.

(Hice un par de entradas a parte con poemas de Gloria Fuertes.)


     A continuación iría el análisis de un texto de literatura infantil, el cuál también se encuentra en una entrada a parte, que no voy a volver a reflejar aquí, ya que no tengo ninguna corrección que realizar en él.

     Y finalizo este tema con otras tres publicaciones a parte de ejemplos realizados por mi, de análisis de tres libros de literatura infantil diferentes.